martes, 27 de abril de 2010

EL 29 DE ABRIL Y LA HISTORIA DE LOS VENCEDORES: EL ASEDIO DE ANSITE

EL 29 DE ABRIL Y LA HISTORIA DE LOS VENCEDORES: EL ASEDIO DE ANSITE

La historia de los vencedores, durante siglos, han desdibujado nuestra realidad, divulgando la falsa idea de la desaparición de lo pueblos amazigh de Canarias, de los diversos pueblos que desde el Norte de África poblaron las distintas islas del Archipiélago: Los auaritas de La Palma, los guanches de Tenerife, los gomeros de La Gomera, los bimbaches de El Hierro, los Majos de Lanzarote, los Mahoreros de Fuerteventura y los canarii de la Gran Canaria.

En la actualidad, las investigaciones científicas en genética, los trabajos genealógicos y las fuentes históricas demuestran, sin vaguedad alguna, la pervivencia genética prehispánica entre los canarios y canarias del siglo XXI.

Es manifiesto que la realidad cultural entre los canarios y canarias de final del siglo XV y nosotros, los naturales del Archipiélago al inicio del siglo XXI, han variado. El mestizaje y la imposición de una cultura europea, con la aculturación amazigh que ello conlleva, ha influido en las diferencias mencionadas.

La dinastía Semidán, que gobernaba la isla de Gran Canaria durante el siglo XV, antes de la incorporación de la isla a la corona de Castilla, fue fundada por Atindamana y Gumidafe. Entre sus descendientes destaca Artemi, que venció a Jean de Béthencourt en su intento de ocupar la isla de los canarii. Desde los intentos normandos de ocupación de la isla de Gran Canaria, hasta la incorporación a la corona de Castilla (1483), trascurrieron casi un siglo, donde los descendientes de la dinastía Semidán dirigirán la resistencia.

La decisión de los Reyes Católicos, en el año de 1477, de realizar directamente la conquista de las islas todavía sin conquistar (Gran Canaria, La Palma y Tenerife), lo que denominamos conquista realenga, y la muerte de los dos guanartemes que gobernaban cada uno de los dos guanartematos que existían en la Isla (Telde y Gáldar), influirá de forma decisiva en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán, descendientes los tres de Gumidafe y Atindamana.

La muerte de Bentagoyhe (1476), guanarteme de Telde, y de Egonayga, guanarteme de Gáldar, sobre el año de 1479, influirá en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán. La minoría de edad de los hijos de los dos guanartemes, Bentejuí y Arminda, fue aprovechada por su pariente Tenesor Semidán para hacerse con la regencia. La captura de este último y su conocimiento del poderío castellano, facilitó la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla. Con el Tratado de Calatayud (1481), firmado por los Reyes Católicos y el recién bautizado Fernando Guanarteme (Tenesor Semidán), reconoce como rey de Canaria al último, constituyendo un documento que afianza el reconocimiento de nuestra nacionalidad histórica.

Las estrategias de Tenesor Semidán y de Bentejuí son totalmente distintas. El primero, después de ser capturado, busca con el reconocimiento de la soberanía castellana sobre la Isla el respeto a sus derechos dinásticos, reconocidos en el Acuerdo de Calatayud, que se manifiestan en la distribución de los bancos de la iglesia de Santiago de los Caballeros de Gáldar, ocupando la familia Guanarteme un lugar privilegiado junto al Gobernado o Corregidor de Gran Canaria, recibiendo, al mismo tiempo, la Data de Guayedra.


Bentejuí, tutelado por el guaire Tazarte, por la minoría de edad de éste, se enfrentará abiertamente, hasta las últimas consecuencias, a la invasión castellana.Tazarte, guaire de Artevirgo, fue el protector de Bentejuí después de la muerte del Guanarteme el Bueno, Egonaiga. Se opuso a los planteamientos de Tenesor Semidán, e intentó la unificación de los dos guanartematos con el casamiento entre Bentejuí y Arminda, que se encontraba con el grupo que resistían la presión invasora.

Ante el avance de las tropas lideradas por el gobernador Pedro de Vera, se trasladan por el interior de la isla, al ser sitiados por los vizcaínos de Miguel de Muxica en Ajódar, logran vencerlos utilizando la orografía, incluso estuvieron a punto de vencer a Pedro de Vera, que es socorrido por Fernando Guanarteme, e impide el triunfo total de los canarii, que hubiera supuesto, por lo menos, una mayor resistencia a la ocupación castellana. Sin duda el papel de Fernando Guanarteme fue clave para la rápida incorporación de la isla de Gran Canaria.

Desde Ajódar, ante la retirada de los invasores, los canarios se dirigen al Bentayga, contando con una fuente en el lugar para resistir el asedio. Desde el Bentayga toman rumbo a Tirajana.

En Titana (La Fortaleza) son asediados, rindiéndose parte de los canarios. Tazarte y Bentejuy reemprenden la huida hacia Fataga y Ansite.
En Amurga, durante el asedio de Ansite, donde se divisa la necrópolis de Arteara, de sus antepasados, Tazarte se despeña al grito de Atis Tirma. Fernando Guanarteme negocia para que se le respete la vida y la libertad de los ahí refugiados. Bentejuy, al igual que su mentor Tazarte, decide riscarse. La existencia del pago de Los Sitios (sitiados) al pie de Amurga, nos hace ver que ahí estuviera el último refugio de los canarios.

La historia de los vencedores nos ha inducido a errores: Ansite no fue una batalla, fue un asedio. Ansite no está en La Fortaleza, es la zona de Amurga. La muerte de Tazarte y Bentejuy es la muerte de los líderes que apostaron por la resistencia, no es la batalla que dio pie a la ocupación castellana. Con el Tratado de Calatayud el reino de Castilla reconoce los derechos del rey de Canaria, reconoce los derechos del pueblo canario.
El 29 de abril de 1483 es una fecha creada para imponer una historia oficial, de ocupación que no respeta el autogobierno reconocido en el Pacto de Calatayud. Es el 30 de mayo de 1481, cuando se firma el reconocimiento de Rey de Canaria, la fecha a celebrar por todos los canarios.

jueves, 11 de marzo de 2010

JUAN RAMIREZ, LA VIDA DE UN ARTESANO





Don Juan Ramírez es un conocido artesano de cestería de juncos, se dedica a esta actividad desde hace unos 40 años. Desde pequeño veía trabajar a su abuelo en la realización de arados, yugos y cestos. Su padre era carnicero pero también practicaba esta actividad, pero él lo aprendió por su propia cuenta. Aparte de dicha actividad también colabora en las fiestas patronales del pueblo con la realización del haragán, personaje mítico en el pueblo.
Su “Despacho” es una construcción de forma cuadrada y reciente. En su interior guarda gran parte del material que utiliza en su labor (Juncos, Anea, Palma, Barro...) También existen diversos objetos de juncos y de barro ya acabados listos para la venta.
Es conocido por haber hecho trabajos para el museo canario, y actualmente su “hobby” es ir de colegio en colegio exponiendo sus trabajos. Su taller es visitado por turistas y colegios públicos. Trabaja por encargo y ha participado en exposiciones en las palmas, Tenerife, Madrid, entre otros… el material le cuesta mucho trabajo, tiempo y esfuerzo, ya que tiene que desplazarse hasta los barrancos de la zona buscando juncos, anea y palma secas , los recoge y los lleva hasta su casa secándolos al sol y almacenándolos una vez secas.
Su participación en las fiestas del pueblo son imprescindibles pues ya que hace el haragán (muñeco de arcilla y relleno de papel y vestido con un traje elegante, acusado por no a ser nada en el pueblo durante el año) también ase las “memorias” antes del juicio contando la historia del pueblo cada año algo diferente. Y aparte de eso también todos los años decora una carroza para la famosa romería de Los Labradores en el mismo pueblo a la que llama año tras año “La carroza de la Virgen”.





-A Don Juan Ramírez:
Manos curtidas al son
De junco, barro y centeno.
Manos que trabajan por
Y para la identidad de un pueblo.
Manos que hacen de un don
Recuerdos pasajeros
Son señas de identidad
De un hombre bueno y sereno.
Tren del casco de mi pueblo
Taños, balayos, seretos,…
Zarandas de Lanzarote,
Piezas de barro cocidas
Inquietudes de pequeño.
Manos que prolongan tu trabajo
En la longitud del tiempo,
Donde la esencia sigue viva
Plasmada en todo aquello,
Que ellas han creado y no borrara el tiempo.
Gracias Juan por tu doctrina
Por tu sabiduría y empeño,
Por la creatividad de tus manos
Y la inquietud de tus dedos




Adriana González Hernández
Daniel Arencibia Castro

martes, 8 de diciembre de 2009

JOSÉ RIVERO DE SAN MATEO Y SU ESCLAVO JOSÉ CONGO (AÑO 1850)

JOSÉ RIVERO DE SAN MATEO Y SU ESCLAVO JOSÉ CONGO (AÑO 1850)

El matrimonio de San Mateo (Gran Canaria), formado por don José Rivero y doña Ángela Naranjo, en el año de 1850, aparte de la fatal noticia del fallecimiento de su hijo, don José Rivero, emigrante en Cuba, que residía en la ciudad de Matanza, recibieron una herencia inesperada, un esclavo negro llamado José Congo.

La abolición legal de la esclavitud en la España llegó en 1837 y excluía a los territorios de ultramar dada la presión ejercida por la oligarquía de Cuba y Puerto Rico que amenazaron con anexionarse a Estados Unidos. Por este motivo, al residir su “propiedad” en la isla del Caribe, era totalmente legal, por ende, legítima su herencia. Será su otro hijo, don Juan Rivero, quien adquiera en contrato de compraventa a José Congo.

El 4 julio 1870 se aprueba una ley en la cual se aparentaba terminar con la esclavitud, pues eran libres los que nacieran a partir de esa fecha, y los ancianos, el resto seguían soportando la esclavitud. El 13 de febrero de 1880, las Cortes aprueban supuestamente la Ley de Abolición de la esclavitud en Cuba, la cual fue rubricada por el Rey Alfonso XII. La Ley de Patronatos mantenía en la práctica la explotación. A la muerte del Rey Alfonso XII el 26 de noviembre de 1885, ocupa la Regencia su esposa María Cristina de Habsburgo, que firmó en el año 1886 una Orden Real poniendo fin a los Patronatos, y así terminando con la esclavitud en Cuba.

“En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a cinco de junio de mil ochocientos cincuenta: comparecieron ante mí el abajo firmado Escribano público y testigos que se expresarán don José Rivero y doña Angela Naranjo su mujer vecinos del pueblo de San Mateo, a los cuales doy fe que les conozco, y precedida la licencia que de marido a mujer en derecho se requiere, de cuya concesión y aceptación igualmente doy fe, ambos otorgantes Dijeron: que como únicos y universales herederos de don Juan Rivero su hijo que falleció en la Ciudad de Matanzas de la isla de Cuba el día nueve de mayo del año próximo pasado les pertenece un esclavo negro nombrado José Congo, que aquel dejó entre sus bienes en dicha Ciudad, el cual ha resuelto vender a don José Rivero también su hijo de aquella vecindad, y para que tenga efecto en la vía y forma que más haya lugar en derecho otorgan que dan en venta al susodicho don José su hijo el referido esclavo, el que no padece accidente, ni enfermedad pública ni secreta, ni tiene tacha ni defecto moral ni de otra que le impida servir bien: declarando no tenerlo vendido, enajenado, ni hipotecado a ninguna deuda; y se lo venden por la cantidad de cuatrocientos pesos fuertes de a veinte reales vellón cada uno que es el valor del citado esclavo y en lo que están ajustados y convenidos, por medio de cartas que han mediado cuya cantidad les ha remitido desde dicha Ciudad el expresado don José su hijo, que por ser cierto hallarse en su poder y no parecer de presente renuncian la excepción que pudieran oponer de no haberla recibido la ley que de ella trata y los dos años que prfine para la prueba de su recibo los que dan por pasados como si lo estuvieran formalizando a favor del susodicho recibo y carta de pago...”


Fuente:AHPLP. Manuel Sánchez 2204. Folio 349

Felipe Enrique Martín Santiago

AÑO JACOBEO 2010 EN TUNTE



Antigua ermita de Tunte, a la izquierda la Puerta Santa de la actual iglesia parroquial de San Bartolomé de Tirajana, que debería abrirse para recibir a los peregrinos del Año Jacobeo 2010


Año Jacobeo 2010 en San Bartolomé de Tirajana

La celebración del año Jacobeo 2010 es un buen pretexto para conocer la historia de la ermita de Santiago del Pinar, abandonada por las autoridades civiles y eclesiásticas, manteniendo la huella de sus cimientos.

La transmisión oral nos habla de la odisea de los marineros gallegos, que en acción de gracias, después de soportar una dura tormenta, deciden edificar una pequeña ermita en la zona más alta del puerto natural de Arguineguín, lugar donde desembarcó la tripulación. Con el santo compostelano que llevaban en la nave, a hombros, barranco arriba, llegaron a la zona conocida hoy como "Lomito de Santiago", en el Valle de La Plata. Según la tradición, poco después de conquistada la isla de Gran Canaria, se erigió la Ermita del Pinar.

Los documentos históricos no confirman ni niegan la leyenda de los marineros gallegos, pero sí confirma la construcción de la ermita antes del año 1589. Doña María de Morales, vecina de Telde, ante el escribano público Rodrigo de Cubas, el día 22 de abril de 1589, realizó su testamento; afirmando que su padre, Diego de Morales, “hizo la iglesia de señor Santiago, que está en la sierra”. Al mismo tiempo, hizo una donación de unas artes valoradas en ocho o diez reales.

Todos los pueblos de la Tierra en los momentos de sufrimiento, de crisis de subsistencia, se acogen al creador, rogando por la mejora de sus condiciones materiales. El pueblo de San Bartolomé de Tirajana no ha estado ajeno, el invierno del año de 1848 y la primavera de 1849 fueron tremendamente secos en toda la comarca, provocando una disminución de la producción agrícola y ganadera, pilares de la economía en aquellos momentos.

Si con la muerte de Fernando VII, en el año de 1833, se inicia la desaparición del Antiguo Régimen, de la monarquía absoluta; todavía, a mediados del siglo XIX, no se había producido la revolución económica en España, aún menos en Canarias. En este contexto histórico, ante cualquier calamidad natural, se producía una crisis de subsistencia, que conllevaba un aumento de la mortalidad, sobre todo infantil y de los ancianos.

Los Cuatro jinetes del Apocalipsis acechaban en cada rincón de la Isla: El Hambre, Las Epidemias, La Guerra y La Muerte, íntimamente ligadas, unido a la emigración, provocaba la disminución de la población. Junto a la Bajada de la Virgen de Los Reyes, que se celebra cada cuatro años en la isla del Hierro, y la Bajada de La Virgen de Las Nieves, cada cinco años en la isla de La Palma, los grancanarios podemos gozar de la Bajada de Santiago El Chico, llamado así al ser una escultura más pequeña que la otra realizada a principios del siglo XX. Todos los años, el sábado de la semana anterior al 25 de julio, día del Apóstol Santiago, se celebra la Bajada de Santiago El Chico.

Como testimonio de los sufrimientos de nuestros antepasados, adjuntamos la carta del alcalde de San Bartolomé de Tirajana, D. Gregorio Matos, dirigida al Gobernador del Obispado de Canaria, con fecha del 26 de febrero de 1849, solicitando autorización para llevar en procesión al Apóstol Santiago del Pinar, por la sequía que estaban padeciendo, desde su ermita hasta el pueblo de Tunte, a celebrar el primer domingo del mes de marzo de 1849.

En la transcripción se ha mantenido la grafía del documento original, existente en el Archivo Histórico Diocesano del Obispado de Canarias: " A consecuencia del novenario que se trata hacer en este pueblo por falta de lluvia, acordado el Y. Ayuntamiento de mi presidencia que se oficie a V.S. como lo hago á fin se q. si es de su superior agrado nos conceda licencia para trasladar al Apostol Santiago de su Hermita del Pinal a esta Parroquia para q. en unión de las demás insignias de costumbre abrir dicho novenario el Sábado primero de Marzo, cuya traslacion siempre que V.S. lo permita se hará con el decoro posible."

Felipe Enrique Martín Santiago

martes, 1 de diciembre de 2009

EL MONOPOLIO REAL DEL TABACO: EL CONTRABANDO EN CANARIAS DURANTE EN EL AÑO DE 1850

EL MONOPOLIO REAL DEL TABACO: EL CONTRABANDO EN CANARIAS DURANTE EN EL AÑO DE 1850

Con la colonización de América, una de las manifestaciones que se producen con la mundialización es la llegada de diversos productos, en ese intercambio entre las dos orillas del Atlántico.

De América, además de la papa y el millo, destaca el tabaco, venta monopolizada por la Corona española desde el siglo XVI, que desde la Fábrica de Tabaco ubicada en Sevilla, pretendía tener la exclusividad en los territorios del Imperio Hispano.

Frente a las decisiones reales, por el alto precio del tabaco elaborado, como era de esperar, surgen los contrabandistas que pretendían adquirir fortuna fácilmente.
Durante los siglos de imposición del monopolio real, para evitar el contrabando se creo el Resguardo del tabaco, organización paramilitar encargada de combatirlo, siendo un precedente de los Servicios de Vigilancia Aduanera. En virtud del Decreto de las Cortes de Cádiz de 9 de noviembre de 1820, durante el Trienio Liberal, fue suprimida la Renta de Tabaco.

La decisión de la Santa Alianza del envío de soldados franceses, los Cien Mil Hijos de San Luis, en el año de 1823, restableció la monarquía absolutista durante una década más, hasta la muerte de Fernando VII (Década Ominosa).

Con el decreto de 16 de febrero de 1824, el “Deseado” Fernando VII restableció la Renta de Tabacos, organizándose nuevamente un Resguardo, tanto en mar como en tierra, para perseguir el contrabando.

Con la creación del real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, por Real Decreto de Fernando VII de 9 de marzo de 1829, este cuerpo armado será el encargado de asumir la misión de vigilancia de costas y fronteras, reprimiendo el fraude y el contrabando. Durante la Dictadura Franquista (año 1940) fue integrado en la Guardia Civil.

En Las Palmas de Gran Canaria, miembros del cuerpo de Carabineros, según se deduce del protocolo notarial, se repartieron el tabaco decomisado, el día 29 de febrero de 1850, en la goleta Magdalena. Entendemos, por lo público y notorio del documento, que era un sistema establecido como gratificación, que nos recuerda los botines que las tropas se quedaban en el asalto a las ciudades de Flandes y en otras circunstancias históricas, de ahí el famoso “hombre del saco” que asustaba a los niños canarios, que se llamaba “Duque de Alba” para reprimir las perrerías de los niños belgas, por el papel del antepasado de doña Cayetana en las Guerras de Flandes, con las atrocidades cometidas.

“En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a veinte de julio de mil ochocientos cincuenta: compareció ante mí el abajo firmado Escribano público y testigos que se expresarán. Bartolomé Rodríguez vecino de esta Ciudad de cuyo conocimiento certifico y Dijo: que al exponente corresponde una parte en la aprensión de tabacos que se hizo a bordo de la goleta española nombrada Magdalena de esta matrícula el día veinte y nueve de febrero de mil ochocientos cincuenta, por ser el compareciente uno de los carabineros de Hacienda pública que se hallaban a bordo del expresado buque cuando se verificó la aprensión: cuya parte vende y cede a favor del teniente de Carabineros don Jacinto Ruiz de Quevedo, comandante del destacamento de esta isla, por la cantidad de ciento cincuenta pesos fuertes de a veinte reales vellón cada uno, que confiesa haber recibido antes de este acto del comprador en dinero de contado a su satisfacción que por ser cierto hallarse en su poder y no parecer de presente renuncia la excepción de la non numerata pecunia la ley que de ella trata, y los dos años que prefine para la pueda de su recibo los que da por pasados como si lo estuvieran formalizando a favor del susodicho recibo y carta de pago. En su consecuencia cede al don Jacinto cuantas acciones le competen y le faculta ampliamente para que reclame y perciba cuanto al otorgante corresponda por la citada aprensión, constituyéndole en su lugar grado y prelación con subrogación en forma. Y declara que no hay lesión ni engaño y que si la hubiere en mucha o poca suma le hace gracia y donación perfecta, y renuncia la acción y el término que para ejercitarla les conceden las leyes: sin quedar obligado a la evicción y saneamiento pues bajo riesgo de perdida o ganancia que pueda resultar en el negocio se ha verificado el contrato. A su cumplimiento se obliga con todos sus bienes presentes y futuros. No firmó por expresar no saber, a su ruego lo hizo un testigo que lo fueron Joaquín de Santana, Anastacio Hernández y don José Hernández y González, vecinos de esta Ciudad.”

[Firmaron: José Hernández y González, como testigo. Manuel Sánchez, escribano público]
Fuente: AHPLP. Manuel Sánches, legajo 2204.

Felipe Enrique martín Santiago
Profesor de Geografía e Historia

miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA REVOLUCIÓN AGRARIA EN CANARIAS: LA NORIA O MALACATE DE JINÁMAR






LA REVOLUCIÓN AGRARIA EN CANARIAS: LA NORIA O MALACATE DE JINÁMAR

La construcción de la llamada Noria de Jinámar (año 1850), que realmente es un artilugio hidráulico denominado Malacate, refleja los intentos de los gobiernos liberales del reinado de Isabel II, que intentaron introducir el modelo británico que había producido el auge económico del Reino Unido, pasando a ser la primera potencia mundial.

Ese crecimiento que se inició en la Gran Bretaña, durante el siglo XVII se cimentó en lo que conocemos como revolución agraria, que se caracterizó por la introducción de nuevos cultivos, principalmente del continente Americano (papas, millo, cacao, tomates,…), por el abandono del barbecho, con rotaciones de cultivos que nutrían los suelos agotados, con la mejora de los utensilios y mecanismos agrícolas.

El aumento de la producción agrícola y ganadera, junto con el fenómeno del cierre de los campos, provocó el éxodo rural, de la población “sobrante” en los campos hacia las ciudades y zonas industriales que durante el siglo XVIII florecían gracias a lo que conocemos como Primera Revolución Industrial. Unido a las Revoluciones Agrarias e Industriales, y como consecuencia del aumento de la producción y las mejoras médicos sanitarias, se produjo una revolución Demográfica.

Estos cambios están íntimamente relacionados a unas transformaciones políticas. Durante el siglo XVII, la Revolución de la Gloriosa de 1688 (the Glorious Revolution), había permitido el cambio de una monarquía absolutista por una parlamentaria en el Reino Unido, participando la burguesía del poder.
Este modelo británico, cimentados en las revoluciones mencionadas, con la muerte de Fernando VII (1833), los distintos gobiernos liberales que se alternaron en el poder, pretendían implantar en España.

Con la lentitud que caracterizó el transito del Antiguo Régimen al Sistema Liberal en España, en el año de 1849, el gobierno de Narváez, siendo ministro de Fomento el conservador Bravo Murillo, aprobó una ley para el fomento del regadío, eximiendo o dejando libre de toda contribución los capitales invertidos en obras para el fomento del cultivo irrigado, con la clara intención de incorporarse a los avances económicos.

Con el paraguas de la ley del veinticuatro de junio de 1849, en el año de 1850, varios propietarios agrícolas se acogieron a las favorables condiciones económicas, al estar exentos de pagar cargas contributivas por los capitales invertidos en la construcción de norias, como lo reflejan en el protocolo notarial realizado ante el escribano de Las Palmas de Gran canaria, don Manuel Sánchez, el día 11 de febrero de 1850, recogido en el legajo 2204, que se inicia en el folio 120 vuelto.

Junto al farmacéutico don Manuel Sigler Cerrillo, natural de Córdoba, emparentado con los Vernetta, familia dedicada a la misma actividad relacionada con la medicina, encontramos a ilustres oligarcas que habían ostentado los poderes políticos de la Isla, destacando el IV Conde de Vega Grande, don Agustín del Castillo y Bethencourt, que sufragará en el año de 1850 la construcción del Malacate de Jinámar, mal llamada noria.

Malacate, es una palabra de origen nahua (pueblos de México), que significa cosa giratoria, que era utilizada para sacar minerales o agua. En el edificio que estamos describiendo, era para obtener el líquido elemento que regaba las tierras del Conde de la Vega Grande en su Hacienda de Jinámar.

Por una rampa accedían las bestias a la parte superior del edificio de cantería de planta octogonal, encargadas de hacer funcionar el mecanismo elevador compuesto de cigüeñales o ejes y vástagos o válvulas que tiraban de tres bombas de pistón que extraían el agua del pozo ubicado debajo del Malacate.

“En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a diez y uno de febrero de mil ochocientos cincuenta. Comparecieron ante mí el abajo firmado escribano público y testigos que se expresarán, el Señor don Agustín del Castillo, Conde de Vega Grande, el Doctor don Antonio Roig, don Antonio de la Rocha, don Manuel Sigler y doña Agustina García, viuda de don Nicolás Lorenzo Alvarado, vecinos de esta Ciudad, de cuyo conocimiento certifico, y juntos de mancomun e insolidum con expresa renunciación que hicieron de las leyes de la mancomunidad Dijeron: que los exponentes han emprendido la construcción de varios pozos norias con objeto de fecundizar sus respectivas heredades y además otros terrenos colindantes de particulares invirtiendo en estas obras crecidas sumas de maravedís, y como la ley de veinte y cuatro de junio de mil ochocientos cuarenta y nueve, declara exentos de toda contribución en los diez primeros años las rentas de los capitales que se inviertan en obras de regadío, considerándose los exponentes comprendidos en el caso de la ley, y teniendo que hacer las reclamaciones necesarias para que así se declare, han deliberado conferir para ello el oportuno poder a don Manuel de Lugo, vecino de esta Ciudad, que se halla en igual caso; y poniéndolo en ejecución en la vía y forma que más haya lugar en derecho, otorgan: que se le conceden tan amplio general y bastante como legalmente para que en nombre y representación de los otorgantes, haga cuantas reclamaciones e instancias considere necesarias a conseguir se declare exentos de toda clase de contribución en el espacio de los diez primeros años los productos de los capitales invertidos por los mismos otorgantes en la construcción de dichas norias con arreglo a la citada ley practicando toda clase de informaciones, y promoviendo cuantos recursos, instancias, pretensiones y diligencias conduzcan ante las Autoridades, oficinas y dependencias generales o particulares a quienes corresponda, sin reservación de cosa alguna: pues para cuanto sea preciso obraren el particular, le confieren las más amplias facultades, con incidencias, dependencias, libre franca y general administración, la de poder sustituir, revocar sustitutos y nombrar otros y con relevación en forma. A su cumplimiento se obligan con todos sus bienes presentes y futuros. Y firmaron siendo testigos don Domingo Corvo, don Esteban Romay y don Francisco Pestana y Brito, vecinos de esta Ciudad.”

[Firmaron: El Conde de Vega Grande, Antonio Roig. Antonio de la Rocha. Manuel Sigler..Manuel Sánchez, escribano público.]

sábado, 7 de noviembre de 2009

HALLAZGO ARQUEOLÓGICO JUNTO A LA CATEDRAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA: LA CILLA DEL CABILDO CATEDRALICIO.

Con motivos de las obras que se están realizando en el barrio histórico de Vegueta, en la capital de la isla de Gran Canaria, en las calles que circundan la catedral de Santa Ana, se han encontrado diversos restos arqueológicos.

Desde el inicio, siguiendo los criterios reglamentados, un grupo de arqueólogos, dirigidos por Julio Cuenca, controlaban las perforaciones que se realizaban sobre las aceras y el asfalto. Fruto de este trabajo no improvisado, que en todo momento ha tenido presente el valor histórico de la zona y los restos que podían estar enterrados por los avatares de los siglos, especialmente de la conquista castellana (1478-1483) y posterior evolución del Real de Las Palmas, se han encontrados diversas ruinas arquitectónicas, monedas, conducciones antiguas del agua.

En la calle Obispo Codina, frente a la antigua sillería del coro de la Catedral, que cierra la visión del jardín del palacio Episcopal, se han encontrado los restos de la casa de la Cilla. La Cilla es una palabra que procede del latín (Celam), significa casa o lugar donde se recogían y guardaban los granos y frutos procedentes del diezmo, impuesto que cobraba el Cabildo Catedralicio o eclesiástico.




Miembros del equipo dirigido por el arqueólogo Julio Cuenca junto a la antigua puerta de entrada a la casa de la Cilla, en el lado derecho, donde está el balde de escombros. Se aprecia en desnivel entre el peldaño que daba acceso a la dependencia donde se guardaban los productos recogidos con la imposición del diezmo y el nivel del asfalto actual de la calle Obispo Codina.



Obras en la calle Obispo Codina donde se aprecia la pared de poniente de la casa de la Cilla, a la izquierda la cantería del antiguo coro de la catedral, utilizado como muro que no permite la visualización del bello jardín del Palacio Episcopal, debiendo quitar las tapias de los vanos para el disfrute de la zona verde ahí existente. Esta zona arqueológica debería estar protegida, cerrando al tráfico la calle y creando un paseo alrededor de la misma, con paneles ilustrativo para su divulgación, aumentando el fomento del turismo cultural, junto con las bellezas artísticas que ya existen en la zona.