martes, 8 de diciembre de 2009

JOSÉ RIVERO DE SAN MATEO Y SU ESCLAVO JOSÉ CONGO (AÑO 1850)

JOSÉ RIVERO DE SAN MATEO Y SU ESCLAVO JOSÉ CONGO (AÑO 1850)

El matrimonio de San Mateo (Gran Canaria), formado por don José Rivero y doña Ángela Naranjo, en el año de 1850, aparte de la fatal noticia del fallecimiento de su hijo, don José Rivero, emigrante en Cuba, que residía en la ciudad de Matanza, recibieron una herencia inesperada, un esclavo negro llamado José Congo.

La abolición legal de la esclavitud en la España llegó en 1837 y excluía a los territorios de ultramar dada la presión ejercida por la oligarquía de Cuba y Puerto Rico que amenazaron con anexionarse a Estados Unidos. Por este motivo, al residir su “propiedad” en la isla del Caribe, era totalmente legal, por ende, legítima su herencia. Será su otro hijo, don Juan Rivero, quien adquiera en contrato de compraventa a José Congo.

El 4 julio 1870 se aprueba una ley en la cual se aparentaba terminar con la esclavitud, pues eran libres los que nacieran a partir de esa fecha, y los ancianos, el resto seguían soportando la esclavitud. El 13 de febrero de 1880, las Cortes aprueban supuestamente la Ley de Abolición de la esclavitud en Cuba, la cual fue rubricada por el Rey Alfonso XII. La Ley de Patronatos mantenía en la práctica la explotación. A la muerte del Rey Alfonso XII el 26 de noviembre de 1885, ocupa la Regencia su esposa María Cristina de Habsburgo, que firmó en el año 1886 una Orden Real poniendo fin a los Patronatos, y así terminando con la esclavitud en Cuba.

“En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a cinco de junio de mil ochocientos cincuenta: comparecieron ante mí el abajo firmado Escribano público y testigos que se expresarán don José Rivero y doña Angela Naranjo su mujer vecinos del pueblo de San Mateo, a los cuales doy fe que les conozco, y precedida la licencia que de marido a mujer en derecho se requiere, de cuya concesión y aceptación igualmente doy fe, ambos otorgantes Dijeron: que como únicos y universales herederos de don Juan Rivero su hijo que falleció en la Ciudad de Matanzas de la isla de Cuba el día nueve de mayo del año próximo pasado les pertenece un esclavo negro nombrado José Congo, que aquel dejó entre sus bienes en dicha Ciudad, el cual ha resuelto vender a don José Rivero también su hijo de aquella vecindad, y para que tenga efecto en la vía y forma que más haya lugar en derecho otorgan que dan en venta al susodicho don José su hijo el referido esclavo, el que no padece accidente, ni enfermedad pública ni secreta, ni tiene tacha ni defecto moral ni de otra que le impida servir bien: declarando no tenerlo vendido, enajenado, ni hipotecado a ninguna deuda; y se lo venden por la cantidad de cuatrocientos pesos fuertes de a veinte reales vellón cada uno que es el valor del citado esclavo y en lo que están ajustados y convenidos, por medio de cartas que han mediado cuya cantidad les ha remitido desde dicha Ciudad el expresado don José su hijo, que por ser cierto hallarse en su poder y no parecer de presente renuncian la excepción que pudieran oponer de no haberla recibido la ley que de ella trata y los dos años que prfine para la prueba de su recibo los que dan por pasados como si lo estuvieran formalizando a favor del susodicho recibo y carta de pago...”


Fuente:AHPLP. Manuel Sánchez 2204. Folio 349

Felipe Enrique Martín Santiago

AÑO JACOBEO 2010 EN TUNTE



Antigua ermita de Tunte, a la izquierda la Puerta Santa de la actual iglesia parroquial de San Bartolomé de Tirajana, que debería abrirse para recibir a los peregrinos del Año Jacobeo 2010


Año Jacobeo 2010 en San Bartolomé de Tirajana

La celebración del año Jacobeo 2010 es un buen pretexto para conocer la historia de la ermita de Santiago del Pinar, abandonada por las autoridades civiles y eclesiásticas, manteniendo la huella de sus cimientos.

La transmisión oral nos habla de la odisea de los marineros gallegos, que en acción de gracias, después de soportar una dura tormenta, deciden edificar una pequeña ermita en la zona más alta del puerto natural de Arguineguín, lugar donde desembarcó la tripulación. Con el santo compostelano que llevaban en la nave, a hombros, barranco arriba, llegaron a la zona conocida hoy como "Lomito de Santiago", en el Valle de La Plata. Según la tradición, poco después de conquistada la isla de Gran Canaria, se erigió la Ermita del Pinar.

Los documentos históricos no confirman ni niegan la leyenda de los marineros gallegos, pero sí confirma la construcción de la ermita antes del año 1589. Doña María de Morales, vecina de Telde, ante el escribano público Rodrigo de Cubas, el día 22 de abril de 1589, realizó su testamento; afirmando que su padre, Diego de Morales, “hizo la iglesia de señor Santiago, que está en la sierra”. Al mismo tiempo, hizo una donación de unas artes valoradas en ocho o diez reales.

Todos los pueblos de la Tierra en los momentos de sufrimiento, de crisis de subsistencia, se acogen al creador, rogando por la mejora de sus condiciones materiales. El pueblo de San Bartolomé de Tirajana no ha estado ajeno, el invierno del año de 1848 y la primavera de 1849 fueron tremendamente secos en toda la comarca, provocando una disminución de la producción agrícola y ganadera, pilares de la economía en aquellos momentos.

Si con la muerte de Fernando VII, en el año de 1833, se inicia la desaparición del Antiguo Régimen, de la monarquía absoluta; todavía, a mediados del siglo XIX, no se había producido la revolución económica en España, aún menos en Canarias. En este contexto histórico, ante cualquier calamidad natural, se producía una crisis de subsistencia, que conllevaba un aumento de la mortalidad, sobre todo infantil y de los ancianos.

Los Cuatro jinetes del Apocalipsis acechaban en cada rincón de la Isla: El Hambre, Las Epidemias, La Guerra y La Muerte, íntimamente ligadas, unido a la emigración, provocaba la disminución de la población. Junto a la Bajada de la Virgen de Los Reyes, que se celebra cada cuatro años en la isla del Hierro, y la Bajada de La Virgen de Las Nieves, cada cinco años en la isla de La Palma, los grancanarios podemos gozar de la Bajada de Santiago El Chico, llamado así al ser una escultura más pequeña que la otra realizada a principios del siglo XX. Todos los años, el sábado de la semana anterior al 25 de julio, día del Apóstol Santiago, se celebra la Bajada de Santiago El Chico.

Como testimonio de los sufrimientos de nuestros antepasados, adjuntamos la carta del alcalde de San Bartolomé de Tirajana, D. Gregorio Matos, dirigida al Gobernador del Obispado de Canaria, con fecha del 26 de febrero de 1849, solicitando autorización para llevar en procesión al Apóstol Santiago del Pinar, por la sequía que estaban padeciendo, desde su ermita hasta el pueblo de Tunte, a celebrar el primer domingo del mes de marzo de 1849.

En la transcripción se ha mantenido la grafía del documento original, existente en el Archivo Histórico Diocesano del Obispado de Canarias: " A consecuencia del novenario que se trata hacer en este pueblo por falta de lluvia, acordado el Y. Ayuntamiento de mi presidencia que se oficie a V.S. como lo hago á fin se q. si es de su superior agrado nos conceda licencia para trasladar al Apostol Santiago de su Hermita del Pinal a esta Parroquia para q. en unión de las demás insignias de costumbre abrir dicho novenario el Sábado primero de Marzo, cuya traslacion siempre que V.S. lo permita se hará con el decoro posible."

Felipe Enrique Martín Santiago

martes, 1 de diciembre de 2009

EL MONOPOLIO REAL DEL TABACO: EL CONTRABANDO EN CANARIAS DURANTE EN EL AÑO DE 1850

EL MONOPOLIO REAL DEL TABACO: EL CONTRABANDO EN CANARIAS DURANTE EN EL AÑO DE 1850

Con la colonización de América, una de las manifestaciones que se producen con la mundialización es la llegada de diversos productos, en ese intercambio entre las dos orillas del Atlántico.

De América, además de la papa y el millo, destaca el tabaco, venta monopolizada por la Corona española desde el siglo XVI, que desde la Fábrica de Tabaco ubicada en Sevilla, pretendía tener la exclusividad en los territorios del Imperio Hispano.

Frente a las decisiones reales, por el alto precio del tabaco elaborado, como era de esperar, surgen los contrabandistas que pretendían adquirir fortuna fácilmente.
Durante los siglos de imposición del monopolio real, para evitar el contrabando se creo el Resguardo del tabaco, organización paramilitar encargada de combatirlo, siendo un precedente de los Servicios de Vigilancia Aduanera. En virtud del Decreto de las Cortes de Cádiz de 9 de noviembre de 1820, durante el Trienio Liberal, fue suprimida la Renta de Tabaco.

La decisión de la Santa Alianza del envío de soldados franceses, los Cien Mil Hijos de San Luis, en el año de 1823, restableció la monarquía absolutista durante una década más, hasta la muerte de Fernando VII (Década Ominosa).

Con el decreto de 16 de febrero de 1824, el “Deseado” Fernando VII restableció la Renta de Tabacos, organizándose nuevamente un Resguardo, tanto en mar como en tierra, para perseguir el contrabando.

Con la creación del real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras, por Real Decreto de Fernando VII de 9 de marzo de 1829, este cuerpo armado será el encargado de asumir la misión de vigilancia de costas y fronteras, reprimiendo el fraude y el contrabando. Durante la Dictadura Franquista (año 1940) fue integrado en la Guardia Civil.

En Las Palmas de Gran Canaria, miembros del cuerpo de Carabineros, según se deduce del protocolo notarial, se repartieron el tabaco decomisado, el día 29 de febrero de 1850, en la goleta Magdalena. Entendemos, por lo público y notorio del documento, que era un sistema establecido como gratificación, que nos recuerda los botines que las tropas se quedaban en el asalto a las ciudades de Flandes y en otras circunstancias históricas, de ahí el famoso “hombre del saco” que asustaba a los niños canarios, que se llamaba “Duque de Alba” para reprimir las perrerías de los niños belgas, por el papel del antepasado de doña Cayetana en las Guerras de Flandes, con las atrocidades cometidas.

“En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a veinte de julio de mil ochocientos cincuenta: compareció ante mí el abajo firmado Escribano público y testigos que se expresarán. Bartolomé Rodríguez vecino de esta Ciudad de cuyo conocimiento certifico y Dijo: que al exponente corresponde una parte en la aprensión de tabacos que se hizo a bordo de la goleta española nombrada Magdalena de esta matrícula el día veinte y nueve de febrero de mil ochocientos cincuenta, por ser el compareciente uno de los carabineros de Hacienda pública que se hallaban a bordo del expresado buque cuando se verificó la aprensión: cuya parte vende y cede a favor del teniente de Carabineros don Jacinto Ruiz de Quevedo, comandante del destacamento de esta isla, por la cantidad de ciento cincuenta pesos fuertes de a veinte reales vellón cada uno, que confiesa haber recibido antes de este acto del comprador en dinero de contado a su satisfacción que por ser cierto hallarse en su poder y no parecer de presente renuncia la excepción de la non numerata pecunia la ley que de ella trata, y los dos años que prefine para la pueda de su recibo los que da por pasados como si lo estuvieran formalizando a favor del susodicho recibo y carta de pago. En su consecuencia cede al don Jacinto cuantas acciones le competen y le faculta ampliamente para que reclame y perciba cuanto al otorgante corresponda por la citada aprensión, constituyéndole en su lugar grado y prelación con subrogación en forma. Y declara que no hay lesión ni engaño y que si la hubiere en mucha o poca suma le hace gracia y donación perfecta, y renuncia la acción y el término que para ejercitarla les conceden las leyes: sin quedar obligado a la evicción y saneamiento pues bajo riesgo de perdida o ganancia que pueda resultar en el negocio se ha verificado el contrato. A su cumplimiento se obliga con todos sus bienes presentes y futuros. No firmó por expresar no saber, a su ruego lo hizo un testigo que lo fueron Joaquín de Santana, Anastacio Hernández y don José Hernández y González, vecinos de esta Ciudad.”

[Firmaron: José Hernández y González, como testigo. Manuel Sánchez, escribano público]
Fuente: AHPLP. Manuel Sánches, legajo 2204.

Felipe Enrique martín Santiago
Profesor de Geografía e Historia