jueves, 11 de marzo de 2010

JUAN RAMIREZ, LA VIDA DE UN ARTESANO





Don Juan Ramírez es un conocido artesano de cestería de juncos, se dedica a esta actividad desde hace unos 40 años. Desde pequeño veía trabajar a su abuelo en la realización de arados, yugos y cestos. Su padre era carnicero pero también practicaba esta actividad, pero él lo aprendió por su propia cuenta. Aparte de dicha actividad también colabora en las fiestas patronales del pueblo con la realización del haragán, personaje mítico en el pueblo.
Su “Despacho” es una construcción de forma cuadrada y reciente. En su interior guarda gran parte del material que utiliza en su labor (Juncos, Anea, Palma, Barro...) También existen diversos objetos de juncos y de barro ya acabados listos para la venta.
Es conocido por haber hecho trabajos para el museo canario, y actualmente su “hobby” es ir de colegio en colegio exponiendo sus trabajos. Su taller es visitado por turistas y colegios públicos. Trabaja por encargo y ha participado en exposiciones en las palmas, Tenerife, Madrid, entre otros… el material le cuesta mucho trabajo, tiempo y esfuerzo, ya que tiene que desplazarse hasta los barrancos de la zona buscando juncos, anea y palma secas , los recoge y los lleva hasta su casa secándolos al sol y almacenándolos una vez secas.
Su participación en las fiestas del pueblo son imprescindibles pues ya que hace el haragán (muñeco de arcilla y relleno de papel y vestido con un traje elegante, acusado por no a ser nada en el pueblo durante el año) también ase las “memorias” antes del juicio contando la historia del pueblo cada año algo diferente. Y aparte de eso también todos los años decora una carroza para la famosa romería de Los Labradores en el mismo pueblo a la que llama año tras año “La carroza de la Virgen”.





-A Don Juan Ramírez:
Manos curtidas al son
De junco, barro y centeno.
Manos que trabajan por
Y para la identidad de un pueblo.
Manos que hacen de un don
Recuerdos pasajeros
Son señas de identidad
De un hombre bueno y sereno.
Tren del casco de mi pueblo
Taños, balayos, seretos,…
Zarandas de Lanzarote,
Piezas de barro cocidas
Inquietudes de pequeño.
Manos que prolongan tu trabajo
En la longitud del tiempo,
Donde la esencia sigue viva
Plasmada en todo aquello,
Que ellas han creado y no borrara el tiempo.
Gracias Juan por tu doctrina
Por tu sabiduría y empeño,
Por la creatividad de tus manos
Y la inquietud de tus dedos




Adriana González Hernández
Daniel Arencibia Castro

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